viernes, 11 de noviembre de 2016

Sobre la oscuridad

Ayer publiqué esto en Facebook, pero creo que debe quedar en este blog. Alguna vez volveré aquí y estará disponible. Un memento de estos extraños tiempos: 
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Gillian Carnegie (Black Square, 2008)

Hoy hablaba con una amiga sobre La Sombra, ese arquetipo de Jung: "La figura de la sombra personifica todo lo que el sujeto no reconoce y lo que, sin embargo, una y otra vez le fuerza, directa o indirectamente, así por ejemplo, rasgos de carácter de valor inferior y demás tendencias irreconciliables."

Pues sí, como ella me decía, es posible que estas elecciones en los United hayan desatado a esa Sombra. Como si lo que pasó hubiera liberado esa agresividad y determinismo que han estado dormidos en los últimos 70 años. Ahora, hay la posibilidad de que salgan. Hay un pretexto, hay una tendencia.

Nunca creí que Hillary fuera la mejor candidata. Tampoco que el movimiento demócrata estuviera en lo correcto, pero esto que estoy viendo y leyendo en las últimas 48 horas me atemoriza. De hecho, acabo de tener un surreal "encuentro" de opiniones con nacionales que me pareció interesante (y agresivo, lo dicho). Él, el hombre naranja y su triunfo, han dado permiso para que las pasiones se desaten, no solo en su país de origen.

Esas pasiones que lo políticamente correcto intentaron, muy malamente y muy estúpidamente, bloquear.

Temo.

"Cuando la sombra aparece como un arquetipo es posible dentro de la posibilidad del hombre reconocer el relativo mal de su naturaleza, pero es una rara y perturbadora experiencia para la persona el mirar el rostro del mal absoluto", dice Jung.

¿Y qué hacemos cuando esto pasa? Jung dice que hay que enfrentar a la Sombra, incluso cuando hay conflicto. Traer su oscuridad inherente a la luz.

Es decir, en estos tiempos de incertidumbre hay que ser mejores seres humanos: escuchar, dialogar, encontrarse, trabajar la compasión. Usar el humor contra la rabia, la calma frente a la irracionalidad. Esto no es la sacarina de lo políticamente correcto: es la raíz de lo que nos hace humanos.
Es lo único que podemos hacer en tiempos de oscuridad.